El lenguaje primitivo se reducía a “exclamaciones de sorpresa, alegría, dolor, miedo y actos articulados”(Bear,1982), el uso de ello evolucionó hasta llegar al actual habla del hombre, herramienta fundamental para la producción cultural y fuente en el cúmulo de factores que el hombre construye a partir de su interrelación con el medio logrando reproducir, fortalecer y fomentar, satisfactores a fin de perpetuar su propia existencia; así, el conocimiento actual de múltiples culturas nativas en el mundo y cinco en el Estado de México, se han desarrollado con la observación de fenómenos generando conocimientos que externan a través de formas comunicativas propias, en cuya estructura taxonómica refleja ese ir y venir con términos finamente elaborados, basta asomarse a ellos y ver los onomatopéyicos,[1] míticos,[2] históricos,[3] geográficos,[4] entre otros, que encierran todo un modo de ver al mundo.
Los mazahuas, otomíes, matlatzincas, tlahuicas y nauas asentados en la entidad mexiquense, practican hechos donde interiorizan el significado y exteriorizan en forma de conducta social, afirmando así, que el ser humano no puede conocer las cosas en sí mismas, sino tal como las experimenta y construye el conocimiento concreto, donde es evidente el papel importante del sentido de la palabra; caso del tlajtol tlauica en diversos eventos (Álvarez, 2004) petición del agua de los nauas[5] y matlatzincas en el Xinantecatl, sentimientos hechos palabra en los centros ceremoniales otomí y mazahua, entre otras formas reverenciales hasta para dirigirse al hombre mismo en el compadrazgo, recepción y retiro de invitados especiales.
Aquí los objetos y fenómenos se vuelven hombres y los hombres se vuelven objetos dependientes del otro ser, el agua, viento, fuego, tierra etc., conjugándose amplios valores que han permitido aún en la histórica marginación donde se encuentran los grupo étnicos, hayan podido enfrentar esos embates y persistir, negándose a morir.
La incertidumbre escrita
El amplio bagaje de conocimientos aún esta solamente en la palabra de los abuelos o ueues[6] y pasa de padres a hijos en la tradición oral debilitándose paulatinamente pues a la muerte de un ueue, con él muere una bastedad de conocimientos distanciado cada vez mas, a las nuevas generaciones de ese universo intelectual.
Aquí cobra importancia la trascendencia de la lengua y no solo quede en la casa, hogar, pueblo u hombre como unidad cultural, sino que se conozca por la sociedad no indígena, lo cual hace necesario el uso de la grafía para escribirla; es cierto que la expresión gráfica de la lenguas nativas quedó en el olvido, primero con la conquista donde desaparecieron los tlakuilos y tlamatinis[7] y después la introducción de la enseñanza escrita del castellano como propósito de la cristianización, desconocimiento que dificulta la escritura original y orilla al uso de la grafía latina.
Investigadores externos e indígenas, se han preocupado en encontrar formas de empatar sonidos del alfabeto fonético internacional y donde no ha sido posible, creado modificaciones de símbolos convencionales[8], en nauatl se han suprimido grafías(Amador, 2002:11-15) buscando una forma mas práctica, útil, sencilla, funcional y entendible a fin de construir los medios para la expresión escrita y acercarla a los no hablantes de ésta.
La Dirección General de Educación Indígena, es una de las instituciones que encabezó la integración de los primeros alfabetos prácticos e inicia la publicación de textos académicos de manera sistematizada para educación primaria y preescolar, estos alfabetos han sido aplicados por instituciones y escritores quienes en la práctica al ir tomando forma, le han hecho modificaciones a finando su utilidad y comprensión.
Importante ha sido para la lengua mazahua, la aportación de Pablo Sánchez Gómez y Balbino Carrillo Basilio en la primera integración del alfabeto aplicado en diversos campos por Esteban Bartolomé Segundo Romero, Antonio López Marín, Miguel Tellez, Marcos Juárez Cárdenas y Celestino Cárdenas entre otros, y de forma literaria Fausto Guadarrama López, Demetrio Espinoza Jiménez, Julio Garduño Cervantes principalmente, sin duda también es de interés, las aportaciones de investigadores externos como las del académico universitario Eduardo Sandoval Forero.
La oportunidad que tuvo la lengua otomí en la grafía, fue con Pedro Hernández al integrar el primer alfabeto práctico utilizado en el subsistema de Educación Indígena para la enseñanza en primaria y preescolar, no obstante, el sentimiento literario es letra con Serafín Bermúdez de la Cruz y compilaciones de Margarita de la Vega Lázaro, entre otros.
En 1986, Elpidia Reynoso González integró el primer alfabeto apoyada en el primer acercamiento fonológica de la Lingüista Martha C. Muntzel publicado en 1982, y hasta 1998, los señores Rodrigo Sosa Fermín, Benito Ruperto Raymundo y Guadalupe Hernández Aguilar, interesados por la revitalización de la lengua tlahuica y asesoría de la doctora Muntzel, se incorporaron a la revisión a fin de colegializar la construcción de una escritura práctica para hablantes integrada por 54 fonemas basada de las grafías latinas(Reynoso, 1998), quienes hasta la fecha siguen tallereando la práctica de éste aplicando de manera académica y literaria en la compilación de la tradición oral; importancia ha tenido en esto, las observaciones del Etnógrafo Reyes Álvarez Fabela en el significado que tiene algunas prácticas culturarles vinculados con la creación de la palabra.
Posterior a los primeros escritos del lingüista Roberto Escalante, Noemí Quezada y la Antropóloga Maricela Gallegos; por los años 86-87, Hermelando Mendoza Domínguez hablante matlatzinca integró el alfabeto aplicado hasta la actualidad en trabajos para la enseñanza de la misma.
La lengua nauatl, una de las más estudiadas desde la conquista espiritual donde los primeros cronistas españoles legaron textos que posteriormente fueron pilar de lingüistas principalmente extranjeros, para dar las primeras aportaciones de estudios fonológicos, taxonómicos, gramaticales y literarios que hasta la actualidad, siguen estando vigentes.
En 1948, al crearse el Instituto Nacional Indigenista contrató jóvenes que utilizaban la lengua nativa para castellanizar, éstos observaron el grave error de usarla como medio para un fin distinto, razón por la cual, iniciaron a proponer alternativas de escritura concretándose en 1979 al integrar el alfabeto de 18 fonemas; en la actualidad lingüistas, escritores, investigadores y académicos nauahablantes, han iniciado trabajos hasta cierto grado teóricas para la escritura, reglas gramaticales y literarias de esta lengua.
Con certeza se observa momentos de similitud gramatical al castellano y otros distintos, quizás únicos (Marcial, 2002) que aporta a lector, una visión para comprender la trascendencia humana del pensamiento nauatl,
Ahora implica diferenciar el resultado de apreciaciones hechas por no hablantes de lenguas nativas desde afuera como parte de una cultura y analizar la propuesta desde adentro por los hablantes investigadores y escritores, dos momentos distintos de la interpretación que dan experiencias ricas para la cultura nacional.
La aplicación y uso de las grafías expuestas de las lenguas étnicas mexiquenses en la diversidad lingüística y literaria, garantizan la permanencia a futuras generaciones de las mismas y perpetuidad cultural, para ello, el Instituto Mexiquense de Cultura en apego a la misión institucional, ha integrado las publicaciones llamada Biblioteca de los Pueblos Indígenas donde difunde el pensamiento del hombre hecha palabra escrita, de ello, están los diccionarios de las cinco lenguas, obras literarias con el corazón abierto del sentimiento mazahua en poesía de Guadarrama, De la Vega expone el pensamiento y concepción de las palabras otomíes mas humanas de la tradición oral, Amador en el Infierno del Paraíso, pone en claro la actual situación del campesino migrante al interior del campo agrícola mexicano, aunado el trabajo lingüístico en la estructura del verbo en nauatl y demás artículos publicados en la revista Castálida, con los cuales aporta importantes elementos a la sociedad en los siguientes aspectos:
Conocimiento etnográfico: descripción e interpretación de prácticas culturales en la medicina, música, estética indumentaria, que hasta la fecha han sido revisadas por algunos investigadores lo cual sorprende a propios y extraños.
Alfabetiza: para quienes desconocen estas lenguas, al menos por curiosidad aprenden una palabra al leer artículos y literatura en forma bilingüe; a muchos indígenas por no hablar ni escribir castellano de les conoce como analfabetas, cierto es importante la alfabetización con una intención de desarrollo económico y tecnológico pero es solo eso, si vemos a las lenguas étnicas en el mismo contexto, aquí hay mas analfabetas ya que los que no hablan lengua indígena también lo son, a veces hasta se desconoce la existencia de lenguas nativas, creyendo aún, que estas nos se escriben por tener sonidos raros y que los indios son solo los que visten con plumas y maxtla[9]; posibilitar la convivencia de lenguas, estaríamos en un campo de biligüismo de coexistencia lo cual forjaría la revitalización.
Identifica: gran parte de la población desconoce la historia regional de donde vive, aún con el uso permanente de topónimos los cuales generalmente delimitan territorios, al enterarse de ello, puede aceptarse que se vive en suelo otomí o mazahua.
Sincibiliza. Cuando se reflexiona acerca de los textos, se observa más cerca el cúmulo de valores que estas llevan pues es vehículo del pensamiento.
Propone: es importante citar que a través de las publicaciones, los escritores, investigadores y académicos nativo hablantes, han podido autoidentificarse en su propia lengua y es donde toma eco de quienes son y como se aceptan realmente, así empieza a conocerse a los otomíes como Hñahñu, mazahuas Jñatrjo o Jñatjo, tlahuacas Pjie kakjo, matlatzincas fut oná, ya que los las términos con que se les conoce actualmente son de origen nauatl.
A manera de conclusión
Los contenidos curriculares de las carreras profesionales, no integran contenidos referentes a lengua y cultura indígena, así las escuelas de educación superior colaboran al distanciamiento de lo propio, ¿cuál será el resultado de estudiar y conocer paralelamente las culturas mexicanas? De facto se habla de un bilingüismo, pero se le llama sí solo al aprender alguna lengua extranjera; sin apreciar que es un bilingüismo de absorción y desplazamiento (Lastra, 1997) donde me atrevo a decir, hasta de despersonalización al creer en culturas inferiores y superiores u optar por una posición indiferente ante las culturas étnicas.
Si la cultura étnica a través de la lengua funda valores, arraiga, comprende al medio natural y la lengua extranjera importa elementos de formación, afirmo la existencia de un bilingüismo aditivo y abstractivo, que ambos conjugados en un solo hombre, podría haber un constructo íntegro capaz de proponer alternativas tecnológicas cuidando el medio ambiente; logrando una relación entre culturas iguales (no dominadas-dominantes) que libremente puedan encontrarse, conocerse y comprender mejor para cohesionar proyectos a largo plazo (Aclaman, 2002).
FUENTES
ACLAMAN, Eugenio, Interculturalidad, sociedad multicultural y educación interculrural, compilación, Ed. Castellanos Editores, México, 2002.
ÁLVAREZ FABELA Reyes L. , Santos Cerros y Peregrinos en el Estado de México, en M. Barabas Alicia, Coordinadora, Diálogos con el Territorio, Instituto Nacional de antropología e Historia, México, 2004
AMADOR RAMÍREZ Crispín, Tlajtolchiuali, palabra en movimiento El Verbo, Instituto Mexiquense de Cultura, 2002.
BEAR John. El mundo de la comunicación. Edit. Sigamar. Buenos Aires, 1982
GUADARRAMA LÓPEZ Fausto, compilador, Amanecer Ra jyasš, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México 1999.
LASTRA SUÁREZ Yolanda, Sociolingüística para hispanohablantes, Colegio de México, México 1997.
MARCIAL JIMÉNEZ Rodrigo, Artículo, Revista Confluencia, ANUIES, año 2, número 8, diciembre 2002.
ORENCIO, Francisco. Análisis de la metodología de enseñanza del náhuatl como lengua meta en los siglos XIX y XX, UNAM, México, 2003.
REYNOSO GONZALEZ Elpidia, Alfabeto Pjiekakjo (tlahuica), SEIEM. Toluca, Méx., 1998
SEGUNDO ROMERO Bartolomé, Diccionario Mazahua-Otomí, Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, PACMYC, 1996
Cartilla Nahuatl – Español, Instituto de Alfabetización para Indígenas Monolingües, México, 1947.
Diccionario práctico de sinónimos y antónimos, Larousse, México, 1986.
Diccionario de las Ciencias de la Educación, Ed. Santillana, México 1995.
Libro del maestro, lecto escritura en lengua mazahua, SEP, 1983
[1] ‘u¦¦-rana en Mazahua, emite este sonido al coar.
[2] Mexico, lugar que tiene el ombligo en la luna, pensamiento de la dualidad donde la tierra tiene el cordón umbilical unida a la madre, La Luna.
[3] Ajauilisapa-Orizaba, lugar de la aguas para el juego, arroyo donde descansaban los arrieros, había locales de diversión con alcohol.
[4] Oxtotilpan-sobre la cueva o canal, poblado matlatzinca establecido en una cañada, pertenece al municipio de Temascaltepec, Méx
[5] Experiencia propia del Prof. Crispín amador Ramírez, quien participó en 1989 y 1990
[6] Ueue se entiende como viejo en nauatl, pero esto va mas allá, es la persona que ha cubierto los cargos del gobierno comunitario y por ende, amplia experiencia para opinar y proponer. Ver http://nauatltemachtiani.blogspot.com/2008/01/ueuejuili.html
[7] Escritores y sabios
[8] La lenguas otopames han modificado el uso de vocales /ä/ë/ö/¦/Š/ª/a/i/
[9] En castellano, es mal nombrado taparrabos
Los mazahuas, otomíes, matlatzincas, tlahuicas y nauas asentados en la entidad mexiquense, practican hechos donde interiorizan el significado y exteriorizan en forma de conducta social, afirmando así, que el ser humano no puede conocer las cosas en sí mismas, sino tal como las experimenta y construye el conocimiento concreto, donde es evidente el papel importante del sentido de la palabra; caso del tlajtol tlauica en diversos eventos (Álvarez, 2004) petición del agua de los nauas[5] y matlatzincas en el Xinantecatl, sentimientos hechos palabra en los centros ceremoniales otomí y mazahua, entre otras formas reverenciales hasta para dirigirse al hombre mismo en el compadrazgo, recepción y retiro de invitados especiales.
Aquí los objetos y fenómenos se vuelven hombres y los hombres se vuelven objetos dependientes del otro ser, el agua, viento, fuego, tierra etc., conjugándose amplios valores que han permitido aún en la histórica marginación donde se encuentran los grupo étnicos, hayan podido enfrentar esos embates y persistir, negándose a morir.
La incertidumbre escrita
El amplio bagaje de conocimientos aún esta solamente en la palabra de los abuelos o ueues[6] y pasa de padres a hijos en la tradición oral debilitándose paulatinamente pues a la muerte de un ueue, con él muere una bastedad de conocimientos distanciado cada vez mas, a las nuevas generaciones de ese universo intelectual.
Aquí cobra importancia la trascendencia de la lengua y no solo quede en la casa, hogar, pueblo u hombre como unidad cultural, sino que se conozca por la sociedad no indígena, lo cual hace necesario el uso de la grafía para escribirla; es cierto que la expresión gráfica de la lenguas nativas quedó en el olvido, primero con la conquista donde desaparecieron los tlakuilos y tlamatinis[7] y después la introducción de la enseñanza escrita del castellano como propósito de la cristianización, desconocimiento que dificulta la escritura original y orilla al uso de la grafía latina.
Investigadores externos e indígenas, se han preocupado en encontrar formas de empatar sonidos del alfabeto fonético internacional y donde no ha sido posible, creado modificaciones de símbolos convencionales[8], en nauatl se han suprimido grafías(Amador, 2002:11-15) buscando una forma mas práctica, útil, sencilla, funcional y entendible a fin de construir los medios para la expresión escrita y acercarla a los no hablantes de ésta.
La Dirección General de Educación Indígena, es una de las instituciones que encabezó la integración de los primeros alfabetos prácticos e inicia la publicación de textos académicos de manera sistematizada para educación primaria y preescolar, estos alfabetos han sido aplicados por instituciones y escritores quienes en la práctica al ir tomando forma, le han hecho modificaciones a finando su utilidad y comprensión.
Importante ha sido para la lengua mazahua, la aportación de Pablo Sánchez Gómez y Balbino Carrillo Basilio en la primera integración del alfabeto aplicado en diversos campos por Esteban Bartolomé Segundo Romero, Antonio López Marín, Miguel Tellez, Marcos Juárez Cárdenas y Celestino Cárdenas entre otros, y de forma literaria Fausto Guadarrama López, Demetrio Espinoza Jiménez, Julio Garduño Cervantes principalmente, sin duda también es de interés, las aportaciones de investigadores externos como las del académico universitario Eduardo Sandoval Forero.
La oportunidad que tuvo la lengua otomí en la grafía, fue con Pedro Hernández al integrar el primer alfabeto práctico utilizado en el subsistema de Educación Indígena para la enseñanza en primaria y preescolar, no obstante, el sentimiento literario es letra con Serafín Bermúdez de la Cruz y compilaciones de Margarita de la Vega Lázaro, entre otros.
En 1986, Elpidia Reynoso González integró el primer alfabeto apoyada en el primer acercamiento fonológica de la Lingüista Martha C. Muntzel publicado en 1982, y hasta 1998, los señores Rodrigo Sosa Fermín, Benito Ruperto Raymundo y Guadalupe Hernández Aguilar, interesados por la revitalización de la lengua tlahuica y asesoría de la doctora Muntzel, se incorporaron a la revisión a fin de colegializar la construcción de una escritura práctica para hablantes integrada por 54 fonemas basada de las grafías latinas(Reynoso, 1998), quienes hasta la fecha siguen tallereando la práctica de éste aplicando de manera académica y literaria en la compilación de la tradición oral; importancia ha tenido en esto, las observaciones del Etnógrafo Reyes Álvarez Fabela en el significado que tiene algunas prácticas culturarles vinculados con la creación de la palabra.
Posterior a los primeros escritos del lingüista Roberto Escalante, Noemí Quezada y la Antropóloga Maricela Gallegos; por los años 86-87, Hermelando Mendoza Domínguez hablante matlatzinca integró el alfabeto aplicado hasta la actualidad en trabajos para la enseñanza de la misma.
La lengua nauatl, una de las más estudiadas desde la conquista espiritual donde los primeros cronistas españoles legaron textos que posteriormente fueron pilar de lingüistas principalmente extranjeros, para dar las primeras aportaciones de estudios fonológicos, taxonómicos, gramaticales y literarios que hasta la actualidad, siguen estando vigentes.
En 1948, al crearse el Instituto Nacional Indigenista contrató jóvenes que utilizaban la lengua nativa para castellanizar, éstos observaron el grave error de usarla como medio para un fin distinto, razón por la cual, iniciaron a proponer alternativas de escritura concretándose en 1979 al integrar el alfabeto de 18 fonemas; en la actualidad lingüistas, escritores, investigadores y académicos nauahablantes, han iniciado trabajos hasta cierto grado teóricas para la escritura, reglas gramaticales y literarias de esta lengua.
Con certeza se observa momentos de similitud gramatical al castellano y otros distintos, quizás únicos (Marcial, 2002) que aporta a lector, una visión para comprender la trascendencia humana del pensamiento nauatl,
Ahora implica diferenciar el resultado de apreciaciones hechas por no hablantes de lenguas nativas desde afuera como parte de una cultura y analizar la propuesta desde adentro por los hablantes investigadores y escritores, dos momentos distintos de la interpretación que dan experiencias ricas para la cultura nacional.
La aplicación y uso de las grafías expuestas de las lenguas étnicas mexiquenses en la diversidad lingüística y literaria, garantizan la permanencia a futuras generaciones de las mismas y perpetuidad cultural, para ello, el Instituto Mexiquense de Cultura en apego a la misión institucional, ha integrado las publicaciones llamada Biblioteca de los Pueblos Indígenas donde difunde el pensamiento del hombre hecha palabra escrita, de ello, están los diccionarios de las cinco lenguas, obras literarias con el corazón abierto del sentimiento mazahua en poesía de Guadarrama, De la Vega expone el pensamiento y concepción de las palabras otomíes mas humanas de la tradición oral, Amador en el Infierno del Paraíso, pone en claro la actual situación del campesino migrante al interior del campo agrícola mexicano, aunado el trabajo lingüístico en la estructura del verbo en nauatl y demás artículos publicados en la revista Castálida, con los cuales aporta importantes elementos a la sociedad en los siguientes aspectos:
Conocimiento etnográfico: descripción e interpretación de prácticas culturales en la medicina, música, estética indumentaria, que hasta la fecha han sido revisadas por algunos investigadores lo cual sorprende a propios y extraños.
Alfabetiza: para quienes desconocen estas lenguas, al menos por curiosidad aprenden una palabra al leer artículos y literatura en forma bilingüe; a muchos indígenas por no hablar ni escribir castellano de les conoce como analfabetas, cierto es importante la alfabetización con una intención de desarrollo económico y tecnológico pero es solo eso, si vemos a las lenguas étnicas en el mismo contexto, aquí hay mas analfabetas ya que los que no hablan lengua indígena también lo son, a veces hasta se desconoce la existencia de lenguas nativas, creyendo aún, que estas nos se escriben por tener sonidos raros y que los indios son solo los que visten con plumas y maxtla[9]; posibilitar la convivencia de lenguas, estaríamos en un campo de biligüismo de coexistencia lo cual forjaría la revitalización.
Identifica: gran parte de la población desconoce la historia regional de donde vive, aún con el uso permanente de topónimos los cuales generalmente delimitan territorios, al enterarse de ello, puede aceptarse que se vive en suelo otomí o mazahua.
Sincibiliza. Cuando se reflexiona acerca de los textos, se observa más cerca el cúmulo de valores que estas llevan pues es vehículo del pensamiento.
Propone: es importante citar que a través de las publicaciones, los escritores, investigadores y académicos nativo hablantes, han podido autoidentificarse en su propia lengua y es donde toma eco de quienes son y como se aceptan realmente, así empieza a conocerse a los otomíes como Hñahñu, mazahuas Jñatrjo o Jñatjo, tlahuacas Pjie kakjo, matlatzincas fut oná, ya que los las términos con que se les conoce actualmente son de origen nauatl.
A manera de conclusión
Los contenidos curriculares de las carreras profesionales, no integran contenidos referentes a lengua y cultura indígena, así las escuelas de educación superior colaboran al distanciamiento de lo propio, ¿cuál será el resultado de estudiar y conocer paralelamente las culturas mexicanas? De facto se habla de un bilingüismo, pero se le llama sí solo al aprender alguna lengua extranjera; sin apreciar que es un bilingüismo de absorción y desplazamiento (Lastra, 1997) donde me atrevo a decir, hasta de despersonalización al creer en culturas inferiores y superiores u optar por una posición indiferente ante las culturas étnicas.
Si la cultura étnica a través de la lengua funda valores, arraiga, comprende al medio natural y la lengua extranjera importa elementos de formación, afirmo la existencia de un bilingüismo aditivo y abstractivo, que ambos conjugados en un solo hombre, podría haber un constructo íntegro capaz de proponer alternativas tecnológicas cuidando el medio ambiente; logrando una relación entre culturas iguales (no dominadas-dominantes) que libremente puedan encontrarse, conocerse y comprender mejor para cohesionar proyectos a largo plazo (Aclaman, 2002).
FUENTES
ACLAMAN, Eugenio, Interculturalidad, sociedad multicultural y educación interculrural, compilación, Ed. Castellanos Editores, México, 2002.
ÁLVAREZ FABELA Reyes L. , Santos Cerros y Peregrinos en el Estado de México, en M. Barabas Alicia, Coordinadora, Diálogos con el Territorio, Instituto Nacional de antropología e Historia, México, 2004
AMADOR RAMÍREZ Crispín, Tlajtolchiuali, palabra en movimiento El Verbo, Instituto Mexiquense de Cultura, 2002.
BEAR John. El mundo de la comunicación. Edit. Sigamar. Buenos Aires, 1982
GUADARRAMA LÓPEZ Fausto, compilador, Amanecer Ra jyasš, Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, México 1999.
LASTRA SUÁREZ Yolanda, Sociolingüística para hispanohablantes, Colegio de México, México 1997.
MARCIAL JIMÉNEZ Rodrigo, Artículo, Revista Confluencia, ANUIES, año 2, número 8, diciembre 2002.
ORENCIO, Francisco. Análisis de la metodología de enseñanza del náhuatl como lengua meta en los siglos XIX y XX, UNAM, México, 2003.
REYNOSO GONZALEZ Elpidia, Alfabeto Pjiekakjo (tlahuica), SEIEM. Toluca, Méx., 1998
SEGUNDO ROMERO Bartolomé, Diccionario Mazahua-Otomí, Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, PACMYC, 1996
Cartilla Nahuatl – Español, Instituto de Alfabetización para Indígenas Monolingües, México, 1947.
Diccionario práctico de sinónimos y antónimos, Larousse, México, 1986.
Diccionario de las Ciencias de la Educación, Ed. Santillana, México 1995.
Libro del maestro, lecto escritura en lengua mazahua, SEP, 1983
[1] ‘u¦¦-rana en Mazahua, emite este sonido al coar.
[2] Mexico, lugar que tiene el ombligo en la luna, pensamiento de la dualidad donde la tierra tiene el cordón umbilical unida a la madre, La Luna.
[3] Ajauilisapa-Orizaba, lugar de la aguas para el juego, arroyo donde descansaban los arrieros, había locales de diversión con alcohol.
[4] Oxtotilpan-sobre la cueva o canal, poblado matlatzinca establecido en una cañada, pertenece al municipio de Temascaltepec, Méx
[5] Experiencia propia del Prof. Crispín amador Ramírez, quien participó en 1989 y 1990
[6] Ueue se entiende como viejo en nauatl, pero esto va mas allá, es la persona que ha cubierto los cargos del gobierno comunitario y por ende, amplia experiencia para opinar y proponer. Ver http://nauatltemachtiani.blogspot.com/2008/01/ueuejuili.html
[7] Escritores y sabios
[8] La lenguas otopames han modificado el uso de vocales /ä/ë/ö/¦/Š/ª/a/i/
[9] En castellano, es mal nombrado taparrabos